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EN EL FONDO... (Cap 1, parte 1)

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CAPÍTULO 1 – EN EL FONDO DE UNA BOTELLA...

(Aclaraciones: En el subtitulado castellano del anime, Luffy abrevia Trafalgar, que suena como Toraofarugaru, y lo deja como Torao, cosa que en el manga CREO que han escrito como Traffy. Básicamente es una forma de poner de los nervios a Law. // Los pensamientos se encuentran entre asteriscos, así * pensamiento *).


Los Mugiwara, junto con Trafalgar Law, habían emprendido su viaje hacia Dressrosa. Law cada vez se arrepentía más de haber hecho aquella alianza con el ingenuo Mugiwara; era demasiado temerario, alborotador, alocado... pero... eso eran factores... ¡que casi le agradaban! Al principio no, al principio le ponía nerviosismo. Todo el día saltando de acá para allá, gritando que tenía hambre, no respetando acuerdos, instrucciones, etc... pero con el tiempo te acostumbrabas, y había acabado haciéndole gracia, le había cogido cariño a ese criajo inocente. Tan temido por todos... ¡si sólo era un crío haciendo el ganso las 24 horas!
El problema era que quizás le estaba cogiendo demasiado cariño... teniendo en cuenta que algún día tendría que derrotarlo.

Día 1. Desde la perspectiva de Nami (general).

-¡Nami-Swaaaaaaaan~~~~~! ¡Tenemos un GRAVE problema aquí en la cocina! - canturreó Sanji
-¡¿Qué problema?! - Respondió la pelirroja desde la barandilla de cubierta.
- ¡Qué Luffy se ha comido toda la jodida comida y agua potable que había en el jodido barco~~~~~~...!¡... Y perdona mi lenguaje, mi Namicilla~~~! - Contestó Sanji.
- ¿¿¿¿¡¡¡¡¡QUÉEEEEEE!!!!!!????¡Lo mato!¡¿Dónde está ese cabeza de melón?!- Nami se dirigió hecha una furia a la sala del acuario buscando a Luffy.

Al entrar, encontró a Robin leyendo, y a Franky durmiendo en el sofá.

- Shhh... Está dormido! - le dijo Nico Robin con una amable y dulce sonrisa, mientras hacía el gesto de guardar silencio.
- ¡Oh! - Bajó el tono de voz hasta hablar en susurros - ¿Has visto a Luffy?
- No, mira a ver en el camarote de los chicos, a lo mejor sigue durmiendo... ten en cuenta que aunque sean las 2 de la tarde, ayer se acostaron tarde tras la fiesta que hicimos – rió levemente – Mira a Franky, ha caído como un ceporro hace media hora – sonrió de nuevo.
- ¡Ese baka se ha comido y bebido todo lo que quedaba! - dijo la pelirroja alterada pero en un susurro – ¡Tendremos que buscar una isla cercana para conseguir comida!¡Pero ya! ¡Porque no queda nada y ya es la hora de comer! Esto sólo nos está retrasando del plan inicial... No sé que opinará Trafalgar-san cuando se entere de esto... ¡Bueno, voy a ver si encuentro a Luffy y le pateo el trasero! ¡Hasta luego!
- Hasta luego, navegante – se despidió la morena.

Nami cerró la puerta de la sala acuario lentamente para no hacer ruido y caminó por el pasillo hasta que llegó al cuarto de los chicos. Usopp, Luffy y Zoro estaban ahí, durmiendo despatarrados, cada uno en su hamaca. Bueno, Zoro no. Zoro estaba tirado justo debajo de la suya. Se habría caído mientras dormía y ni se había despertado. * Qué baka * pensó Nami.
Se aproximó hasta la hamaca de Luffy y con su cara siniestra lo agarró de la chaqueta y lo arrastró silenciosamente hasta la cubierta. Sus nakamas no tenían por qué pagar las fechorías del capitán.

- ¡Eres un inconsciente! - le gritó Nami mientras le despertaba de una patada en el culo - ¡Por tu culpa ahora tendremos que parar a recoger víveres antes de nuestro destino, y con mucha urgencia, porque podemos pasar un par de días sin comer, pero no sin agua!
Luffy se levantó sobresaltado – ¡¿Qué se ha acabado la comida!? - Gritó con desesperación.

- ¡No se ha acabado, te la has comido tú, so glotón! - Nami calló al cuelo de rodillas de pura desesperación – Ahora tendremos que comernos a Chopper... – lloriqueó.

- ¡A mi no me vais a comer! - Gritó Chopper escondiéndose (al revés) detrás de Trafalgar. Ambos habían salido a cubierta al escuchar los gritos de ambos camaradas – ¡Trafalgar-senpai, protégeme!

- Nadie va a comerle, doctor, se lo prometo – comentó con total tranquilidad Law – ¿Qué ocurre?

- Luffy se ha comido todo. Resumiendo, vaya. - contestó la navegante con la cara pegada a la cubierta, de pura depresión – Eso nos obliga a parar en una isla, ya mismo.

- Tss.. Es una putada, pero qué le vamos a hacer... - respondió tras respirar hondo. Ya no estaba en su barco. Toda la eficacia, profesionalidad, compañerismo, etc... no era igual aquí. * Ésta gente está loca * Pensó.

- Bien, pues sintiéndolo mucho chicos, hoy no hay desayuno, ni comida, si encontramos una isla, tendremos cena. - Dijo Sanji, asomándose desde la cocina mientras secaba un vaso con un trapo – ¡A no ser, que pesquéis algo, claro!

- ¡Eso es! ¡Se lo diré a Usopp! - Luffy corrió hacia la habitación.

Todos volvieron a sus actividades. Chopper y Law estaban en la enfermería, charlando. Luffy y Usopp intentaban pescar, sin ningún éxito. Franky seguía durmiendo, Robin leía, Zoro se ejercitaba en cubierta con una de esas macro-pesas de una tonelada, y Brook tomaba el sol (lo cual era bastante absurdo porque sus huesos no iban a broncearse, pero le hacía feliz). Sanji fumaba un cigarrillo apoyado ligeramente en la barandilla de cubierta, mientras intercambiaba charlas fugaces con Brook y algún pique con Zoro, aparentemente.

Nami mientras tanto buscaba en la lejanía una isla, algo, necesitaban desembarcar ya. No prestaba demasiada atención a sus nakamas.


¡Sí!¡Por fin! - Nami dio un brinco de alegría, había encontrado tierra firme. Había tardado 5 horas, pero había tierra firme a un par de millas -¡He encontrado tierra chicos! Calculo que llegaremos en una hora máximo. Tenemos el viento a favor.- Sonrió triunfal. Y sedienta. Muy sedienta.

Se giró y encontró un espectáculo patético. Luffy, Usopp, Brook, Sanji y Zoro, tirados en el suelo mientras emitían gemidos de auxilio.

- ¿¡Qué tripa se os ha roto ahora!? - preguntó la pelirroja.

- Tenemos sed... - contestaron todos a la vez.

- Es que sois idiotas. Os decimos que no hay agua potable y, os ponéis a pescar a pleno sol, seguro que os ha dado una insolación, ¡por imbéciles! ¡Brook, tú estás muerto, no puedes tener sed!

- Nami-san, yo me estoy solidarizando. Además, yo también quiero pasar sed, soy uno más, respeta mis sentimientos – dijo en tono teatral mientras Nami murmuraba algo ininteligible al respecto.

- Y tú Zoro, sin agua, no se te ocurre otra brillante idea que la de ponerte a hacer ejercicio durante 4 horas seguidas. Más tonto y no naces. - Añadió Nami con superioridad.

- Eh, usurera, a mi no me hables con ese tono – respondió el peliverde con mucho esfuerzo.

- ¡No te atrevas a meterte con mi Namicilla, que te arreo, marimo!

- ¡¿Tu y cuántos más, cara arroba?! - Ambos hicieron el amago de levantarse y comenzar a pelear pero no podían.

- Sanji, ¿y tú que has hecho, no te he visto haciendo ejercicio alguno, porqué estás ahí tirado? - preguntó la navegante confusa.

- El tabaco da sed. Y me he fumado una cajetilla en 4 horas.

- Estás enfermo – murmuró Zoro – eso te matará.

- ¿¡Desde cuándo te preocupa mi salud, marimo de mierda?!

Comenzaron a pelearse, así que Nami les dio la espalda. * Idiotas * pensó. Y se alejó de allí ignorando su absurda discusión.

- ¡¡¡¡EHHHHHH!!!! ¡Pero yo tengo sake, ¿no?! Hahahaha ¡Jódete, cocinerucho! - Rió Zoro a carcajadas.

- No, no hay, te lo acabaste anoche en la fiesta de bienvenida de Law... – respondió Sanji con una sonrisa arrogante, sabiendo que eso supondría un pique más entre ambos.

Después se rió de él, mientras Zoro se golpeaba la frente con el suelo de la cubierta.
Nami se sentó en una tumbona a ver la puesta de sol. De repente Law y Chopper salieron, y al ver aquel espectáculo se sobresaltaron. Nami les explicó lo sucedido.

- Si tienen una insolación, tenemos que tratarlos ya, no es nada pero no hay que dejar que empeore – dijo Chopper, a lo que Law asintió. - Zoro, en cambio, sólo tiene sed. Le podemos dejar aquí. - Law rió discretamente al ver el descontento de Zoro ante tal trato.

Trafalgar hizo un “Room”, levantó del suelo a Usopp y a Luffy y se los llevó flotando a la enfermería, mientras Chopper iba a su lado entusiasmado con su poder.

Brook, al ver que no conseguía ningún tipo de atención estando ahí tirado, se levantó se sacudió el polvo con actitud noble, se acercó a Nami, le pidió disculpas por su comportamiento, pero antes de que pudiera pedirle que le enseñara las bragas, recibió una patada voladora de Sanji desde el suelo. Nami rió como gesto de gratitud y Sanji empezó a canturrear desde el suelo del barco mientras Zoro le hacía burla.


Una hora después, tal y como Nami había predicho, había llegado a aquella isla. Parecía un lugar agradable, pero nunca hay que fiarse, las apariencias engañan.

Desembarcaron todos menos Law, Usopp, Chopper y Luffy, que permanecieron en la enfermería, y Brook, que hacía guardia fuera.

- Bien chicos, Sanji y Robin, quiero que vayáis a por comida, lo principal es lo principal, y una vez la tengáis podéis comprar lo que queráis, pero no os salgáis del presupuesto - ordenó la navegante.

- A veces parece cómo si ella fuera la capitana realmente... – susurró Zoro a Franky.

- Sí, y a mí personalmente me da más miedo que Doflamingo... - Respondió el peliazul, y Zoro asintió seria y discretamente.

- Os he oído, idiotas – Zoro y Franky tragaron saliva – Y vosotros, junto conmigo, iréis a por agua, mucha agua.

- Y mucho sake – dijo Zoro con entusiasmo.

- Si te lo pagas tú no hay problema – los ojos de Nami cobraron forma de berry.

- Qué remedio... Dame dinero, entonces.

- ¡Si te doy dinero yo es como si te lo estuviera pagando yo, imbécil! - La pelirroja estaba que echaba humo, sus camaradas eran unos bakas.

- Nami-san, Zoro-kun... no discutáis – sonrió amablemente Robin, como siempre – vayamos a hacer lo que tenemos que hacer. ¡El tiempo apremia!

- ¿Nos veremos aquí en media hora, vale? No causéis problemas, no habléis con desconocidos, no robéis, no matéis, no luchéis, no arméis escándalo, no mostréis vuestras habilidades, no...-la pelirroja fue interrumpida por Franky.

- ¿..Básicamente que no nos movamos? - rió al terminar la frase.

- * Suspiró * Intentad ser buenos, por favor – respondió Nami, con agotamiento.


Cada uno fue a realizar la tarea encomendada. Nami decidió ir con Zoro y Franky porque Zoro tenía que ir con dos personas sí o sí. Entre dos personas es más fácil controlar a alguien y temían que Zoro se perdiese otra vez. ¿Y por qué con Franky, y no con Sanji o Robin? Porque si hubiera sido Sanji, habría estado peleándose todo el camino. Y ella quería que Robin fuera con Sanji por separado porque ella impone, y así Sanji no podría pararse a molestar a las muchachitas de la isla, porque pensarían que era un mujeriego y no le seguirían el juego, evitando que se retrasaran en su misión. Así se garantizaba no armar jaleo. Un plan perfecto. Salvo porque los planes nunca salen bien si los planeas pensando sólo en tus actos y en tu forma de actuar. Acabaron corriendo como alma que lleva el diablo hacia el barco, todo el pueblo les perseguía para entregarles a la marina por piratería. ¡¿Que cómo fue posible?! Pues Nami no estaba segura de qué había pasado con Sanji y Robin, pero sí que había vivido lo que había pasado junto a Franky y Zoro.

Nami se paró durante una milésima de segundo (más tiempo, es una forma de hablar) a mirar un collar de conchas en un puestecillo, y cuando se giró de nuevo, Zoro ya no estaba. ¿¡Cómo demonios era posible eso!? ¡¿Se había teletransportado o qué?!

Franky, por su parte, no hizo nada malo el pobre, pero digamos que ver a un ciborg de unos dos metros de altura, no pasa desapercibido. Los niños estaban entusiasmados con él, así que Nami le dejó con ellos mientras fue a buscar a Zoro. Tras andar durante 2 kilómetros solamente guiándose por su instinto y tras haber preguntado a un par de aldeanos, le encontró tirado a lado de una fuente con todo el cargamento de agua. Por lo menos había cumplido su misión. Consiguieron volver a donde Franky se encontraba, justo a tiempo de que unos aldeanos reconocieran sus caras en los carteles de wanted. Empezaron a perseguirles, y cuando llegaron al punto de encuentro vieron que desde la otra dirección venían Sanji y Robin corriendo, con el cargamento de comida, pero corriendo. * En el fondo son buena gente, siempre cumplen con su deber * pensó Nami.

Subieron al barco y zarparon antes de que pudieran detenerles.
Nami empezó a recuperar el aliento – Ahora me explicáis qué ha pasado, ¿acaso no os dije que pasarais desapercibidos?

- Tuvimos algunos problemillas... - comentó Sanji en voz baja

- Con mujeres - terminó Robin tajantemente.

- ¡Sanji-kun...! - Nami era aterradora cuando se enfadaba, parecía un demonio del abismo.
Franky se acercó a Robin y le dijo algo en voz baja – Oi, Nami, volvemos en un rato – comentó después.

- Vale, chicos - * ¿Qué les pasará? * pensó. * En fin * - Vale, Sanji, la cena. Zoro, vete a ducharte, apestas – Zoro la miró con desprecio – Y Brook... - Nami se tumbó, por fín, después de un día tan ajetreado, en la tumbona – tú tócame algo, por favor.

- Qué propuesta tan indecente, viniendo de una señorita, Nami-san... ¡Acepto! - pero antes de que Brook pudiera hacer nada Nami le golpeó.

- ¡Me refería a que tocaras alguna pieza musical, idiota! - Nami no tenía un sólo minuto de descanso.


Al cabo de un rato de relax, vio pasar a Zoro recién salido de la ducha con una toalla en la cintura como única prenda. * Este sólo quiere lucirse... creído desubicado * pensó.
Desde su tumbona sólo oía, el oleaje y la guitarra de Brook... era todo tan relajante a veces... hasta que empezó a oír los gritos de los de la enfermería, y algún tipo de pelea entre Sanji y Zoro en la cocina. - Malditos sean... - murmuró, y buscó unos tapones para las orejas y volvió a su tumbona.


-¡Ya está la cena! - gritó Sanji desde la cocina rato después.

Nami no lo había oído por culpa de los tapones, pero fue despertada de su siesta por Robin. - ¿Qué hablabais, Franky y tu, antes? - le dijo la pelirroja, curiosa.
- Nada importante - dijo con su amable y cerrada sonrisa.
*Qué misterioso todo... En fin * Me muero de hambre, ¿vamos? - y las dos se dirigieron hacia el bullicioso comedor.

Desde luego las comidas, cenas y desayunos del Sunny Go eran vergonzosas. Zoro y Sanji lanzándose piques continuos sin sentido. Usopp disparando comida a la boca de Luffy, Robin aplaudiendo dicha hazaña como si de verdad le impresionase; Chopper parecía mantener una conversación normal con Franky, Brook comía, pero la comida caía a un cubo, previamente preparado, porque al no tener órganos no podía almacenarla. *Qué desperdicio de comida tenemos con este hombre...*. Nami no pudo contener la risa cuando vio la cara de Law que estaba sentado al lado de Luffy. Parecía aterrado, no sabía en dónde se había metido.

-¿Trafalgar.-san, quieres que te cambie el sitio? - dijo la pelirroja entre risas, intentando contenerse.

- No... no hace falta... - respondió Trafalgar con su semblante perturbado.

¿Tan mal lo estaba pasando? Todos sabemos que él es mucho más refinado pero estaba completamente ausente, lo que hacía aún más gracia a Nami. La cena transcurrió como una cena normal.

Al acabar, Zoro y Sanji se quedaron a fregar los platos. Robin se sentó en una butaca del acuario, Franky se fue a su cuarto; y Luffy, Brook, Usopp y Chopper jugaban en el camarote de los chicos.

Al salir del comedor, Nami vio a Law apoyado en la barandilla del barco - ¿Trafalgar-san, se ha hecho un poco tarde, no vas a irte a dormir aún?- le preguntó.

-No, gracias, no tengo sueño – respondió el moreno.

- Esas ojeras no dicen lo mismo – respondió ella divertida.

Él rió levemente - Estoy bien, son de nacimiento... no tengo sueño, acuéstate tú, si quieres me quedo a hacer guardia.

- Se supone que ya la iba a hacer Zoro, pero bueno, me parece bien. Dos mejor que uno. - con ésto, la pelirroja se despidió y se fue a dormir a su cuarto, no sin antes ponerse los tapones para los oídos. Esos mocosos del camarote masculino seguían armando jaleo. Finalmente consiguió dormir.


Día 1. Desde la perspectiva de Franky y Robin.

Acababa de despertarse. Seguía cansada, ya que la noche anterior se habían acostado muy tarde, salvo Brook, a quién le había tocado hacer guardia. Todo con motivo de que Trafalgar-san se hubiera unido a ellos, por un tiempo debido a la alianza entre Luffy y el susodicho. Realmente no importaba que hubiera o no un motivo, en ese barco estaban siempre de fiesta. * Irresponsables e inconscientes, nos llamó Trafalgar-san * pensó Robin mientras reía silenciosamente. Se vistió, se cepilló su larga cabellera negra azulada y salió de la habitación. No escuchó ningún ruido, y quiso cerciorarse de que todos estaban durmiendo bien. Se asomó al cuarto de los chicos. * Qué visión *. Robin rió para sus adentros. *Son como críos *. Luffy despatarrado en su hamaca en una postura casi imposible, ventajas de la gomu gomu no mi; Usopp dormía tranquilo, aunque roncaba como para despertar al Kraken, Chopper en cambio era un angelito, tan tierno. De repente Robin se percató de que Sanji no estaba en su hamaca. *¿Se habrá levantado ya...? Estará preparando el desayuno, qué eficiente es éste muchacho * pensó para sus adentros. Buscó la hamaca de Zoro con la mirada, pues era el último que quedaba por confirmar de los presentes en la sala, cuando les vio. Zoro y Sanji abrazados durmiendo en la hamaca de Zoro.

- No me lo puedo creer - susurró y rió - No se odian tanto después de todo – sonrió pícaramente y salió de allí aún riéndose, jactándose de su descubrimiento, cerrando la puerta tras de sí, esperando no haber hecho mucho ruido al cerrar.

Se dirigió a la habitación de Nami, y se asomó, estaba dormida. Fue hacia el camarote de invitados, donde se encontraba Law, y allí estaba, el cirujano de la muerte, dormido como un bebé. Por último, fue a la de Franky. Le pareció oír un ruido dentro, así que llamó.

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- A- Adelante

- Buenos días... Franky, ¿cómo es que te has levantado tan temprano? - le preguntó la morena algo nerviosa.

- No me acosté... lo intenté, pero era incapaz de dormirme...Sólo he echado ligeras siestas de 30 min como mucho... menuda cogorza me pillé ayer...

- Doy fe – rió un poco, Robin, hasta que recordó lo que pasó aquella noche – … ¿Tienes lagunas? ¿Resaca?...

- Resaca. Mucha resaca. Y no es que tenga lagunas, es que a partir de un momento de la noche, no recuerdo nada más... recuerdo hasta que se llevaron a Nami a su camarote... ¿qué pasó? ¿Cuánto bebí? - respondió el peliazul.

- Pues... sí que te perdiste mucho... si... - comenzó la morena...

<<<<<<<<<<<<< COMIENZO DEL FLASHBACK>>>>>>>>>>>>

Eran las 8 de la tarde y por fin gozaban de un poco de relax tras Punk Hazard.

- ¡Fiesta! ¡Fiesta! ¡Fies-ta! - Repetía Luffy constantemente, mientras Usopp, Brook y Chopper se le unían canturreándolo en una conga.

- Mugiwara-ya, ¿estás seguro? Deberíamos estar en guardia – le repetía Law.

- No seas aburrido, Torao, ¡relájate y disfruta! ¡Además ahora estás en mi barco, mando yo! Haha – Luffy seguía riendo.

- En realidad, siempre has mandado tú... aunque se supone que es una alianza por igual...

- murmuraba Trafalgar cabizbajo. - En fin, me uniré... un día es un día... ¿qué podría pasar que fuera tan terrible? - se unió a la celebración, dejando su nodachi apoyada en la pared de la cocina, y el abrigo y el sombrero, en el perchero.

- Trafalgar-san, trata de acostumbrarte, este barco es una locura constante, pero es divertido – comentó Robin con su adorable sonrisa, mientras se sentaba a la mesa de la cocina.

Poco a poco todos fueron llegando, y en pocos minutos la cocina era un caos, Sanji estaba dividido entre pelear con Zoro y tirarle los tejos a Nami. Chopper estaba hablándole a Law de los dos años que pasó separado de sus compañeros, pero Law no podía evitar reírse de las tonterías que hacía Luffy. Bueno, nadie podía evitarlo, Luffy llamaba demasiado la atención. Siempre.

- ¡Nico Robin, estás suuuuuppeeeeerrrr esta noche! - dijo Franky levantándose las gafas de sol y dedicándole una amplia sonrisa.

- Franky – sonrió ella – muchas gracias, tú también estás muy bien.

Mantuvieron una entretenida charla durante la cena. Tras ésta, Sanji apareció con varias botellas de sake, y empezó a servir a cada uno en su vaso, excepto a Zoro, quien bebía de la propia botella. Una cena alocada digna de un corral, había acabado como una velada agradable, llena de risas, música y charlas. Tras un par de botellas bien repartidas, el alcohol empezó a tener efecto en todos aquellos que estaban bebiendo. Robin y Chopper eran los únicos que se habían abstenido de beber aquella noche; Chopper porque era un niño, y Robin porque no le apetecía.

*Qué panorama... * pensaba Robin. Nami completamente borracha dormida sobre la mesa. Brook intentando verle las bragas cortosionándose por debajo de la mesa cual serpiente, pero recibía pisotones de Sanji de vez en cuando. Éste estaba demasiado ocupado hablando con Zoro. Por sus caras, supuso que estaban picándose otra vez.

Chopper, Usopp y Luffy intentando hacer reír a Trafalgar de cualquier modo, más estúpidos que de costumbre. Éste, con las mejillas sonrosadas y actitud calmada, intentando ignorarles.

- Uy... Qué mal le sienta el alcohol al Shichibukai... - le susurró Robin a Franky entre risas, y éste asintió.

Franky tampoco era el más indicado para hablar, llevaba una cogorza bastante notable. Se reía por cualquier cosa, y su peinado cambiaba sin avisar.

- Oi, Nami – Robin la despertó – estás muy cansada, deberías irte a dormir, ¿no crees?

- Tienes... razón... - intentó ponerse de pie, pero era imposible, se tambaleaba.

- ¡Nami-swannnn, yo te acompaño a tu camarote~~~~~! - Gritó Sanji levantándose de golpe de su silla.

- No, tú no, Sanji. No me fío de tí. - respondió Robin con cara asesina. Cosa que hizo a Sanji tener un escalofrío y volvió a sentarse cabizbajo. - Usopp, Chopper, id vosotros, sois los que mejor estáis. - continuó la morena.

Dicho y hecho, Chopper adoptó su forma “humana” y ambos ayudaron a Nami a ir andando hasta su camarote. No volvieron, así que se dio por hecho que se habían ido a dormir ya.

Luffy seguía pegando brincos alrededor de un Law inmóvil y pensativo. Sanji y Zoro mantenían su habitual discusión sin sentido, a la que ya nadie prestaba atención.

Brook interrumpió – Buenas noches chicos, voy a mi puesto, me toca hacer guardia, además estoy algo cansado... - Se acercó a Robin, le tomó la mano y se la “besó” - Robin-chan, un placer gozar de vuestra compañía en esta agradable velada. - Acto seguido, se fue, dejando en la sala a los seis restantes.

- Oi, Robin, ¿y si nos escabullimos? - le susurró Franky – estos están entretenidos – terminó soltando una leve risita. Robin Aceptó.
Salieron sin ser vistos, lo cual era todo un mérito teniendo en cuenta el tamaño de Franky.
Franky la cogió de la mano y se la llevó a la sala del acuario. Una vez allí, y durante aproximadamente 1 hora, estuvieron charlando. De nada en especial, pero siempre es más agradable mantener una conversación con tranquilidad que rodeada de alborotadores. Franky estaba borracho pero aún así podía mantener una conversación inteligente. Salvo por la cara de embobado que adquiría cuando Robin le hablaba con entusiasmo de algo. *Es tan jodidamente guapa * pensaba Franky.

En un determinado momento de la conversación, Franky dejó de escuchar lo que ésta le decía. Sólo podía mirar cómo el azul de sus ojos se volvía más intenso al recibir la luz de la luna que atravesaba la gran pecera. Robin terminó de hablar.

- Eh, ¿nos damos un daño en la pecera? No hay peces carnívoros, no nos harán nada. - sugirió el peliazul.

- Franky, es agua de mar, mi habilidad... ya sabes, no puedo – respondió la morena con una sonrisa triste.

- No seas boba, yo te sujeto. Te saqué del agua en la Isla Gyogin, ¿no? - Ella asintió – ¡Pues ya está! ¡Va a ser suuuuuupppeeeerrr!

Robin se quitó el vestido que llevaba, dejando al descubierto su ropa interior. Al verla, la cara de Franky se volvió completamente roja. Pero él hizo lo mismo, y se quitó la chaqueta, quedando únicamente con el bañador ajustado que le caracterizaba. La cogió en brazos y salieron con cuidado a cubierta, fueron a la compuerta del acuario, la abrieron y saltaron dentro.

Pasaron unos minutos riéndose y hablando allí, hasta que Franky la besó. Fue un beso corto, como una prueba. Se separó de ella y la miró, Robin tenía los ojos muy abiertos, parecía sorprendida. Lo que hizo que Franky dudara de si había hecho bien o mal. Nunca había sido muy bueno interpretando señales femeninas.

Robin cambió su expresión a una expresión dulce y le devolvió el beso. Éste segundo beso fue más intenso. Ambos se abrazaron. Franky tenía que hacer más esfuerzo pues tenía que mantenerlos a los dos con la cabeza fuera del agua, únicamente con la fuerza de sus piernas. Además, estaba muy borracho. Robin le acariciaba el rapado. Pero prefería el tupé que llevaba dos años antes, así que pulsó su nariz con su propia nariz y su peinado cambió. - Así mejor – rió Robin mientras le besaba de nuevo. Ambos se acariciaban y se besaban pasionalmente.

- ¿Qué ha sido eso...? - Robin se paró en silencio a escuchar.

- Yo no oigo nada - respondió Franky.

- Será mi imaginación, haha, me pareció oír algo... es igual - y continuaron besándose.

Hasta que en un momento determinado Robin rozó con su rodilla la entrepierna de Franky sin querer. Éste, ante ese contacto perdió el control y se hundieron momentáneamente en el agua. Franky al darse cuenta volvió a impulsarse y la sacó de allí. Entre toses (de haber tragado agua) y risas, se sentaron en el bordillo de la pecera.

- Sabes Robin - comenzó - Creo que si no hubiera estado borracho, jamás habría hecho esto - y rió ligeramente al terminar la frase.

La expresión de Robin cambió súbitamente. - Buenas noches, Franky – Muy seria y con el cabello negro ocultando parte de su rostro, se marchó, dejando a Franky con la palabra en la boca.* ¿He hecho algo mal? * Franky no lo entendía. Aún borracho, fue al acuario, donde ya no estaba la ropa de Robin, recogió sus ropas, y se fue a su habitación. * ¿Qué le habrá molestado? *. No consiguió dormirse.

Robin, ya en su cuarto, se secó el cabello con una toalla, se puso el camisón y se acostó. * “ si no hubiera estado borracho, jamás habría hecho esto”... Supongo que soy algo que sólo haría borracho.* pensó con rabia contenida * Debería dormirme, mañana será un largo día...*.

<<<<<<<<<<<<< FIN DEL FLASHBACK>>>>>>>>>>>>

- Robin. Oi, Robin. - Franky intentaba sacarla de sus pensamientos.

- ¿Hm?

- ¿Estás bien? Te has quedado algo traspuesta... ibas a contarme qué pasó ayer.

- Oh... am... nada, nos quedamos hasta tarde y nos fuimos a dormir, nada más... Voy a leer un rato...

- ¿Al acuario? - Cuando dijo esa palabra, Robin sintió una punzada en el pecho. - Yo también voy, a lo mejor allí consigo conciliar el sueño de una vez.

Los dos se encaminaron a la habitación, Robin se puso a leer un libro y Franky se tumbó en el sofá. A los 5 minutos de estar allí se quedó dormido como un tronco. Robin le miró, y con una de sus manos artificiales, le acarició el tupé, que aún llevaba puesto.


Robin oyó unas voces en cubierta, pero no prestó mucha atención, seguidamente unos pasos firmes y rápidos, se acercaban por el pasillo hacia aquella habitación. De repente Nami entró por la puerta. Al parecer Luffy se había comido todo aquella noche. Luffy se había quedado con Sanji, Law y Zoro. Seguro que le dejaron solo en algún momento y en su estado de embriaguez se lo comió todo, aunque esto no influyera, pues su apetito era siempre insaciable. Robin le sugirió que mirara en el camarote de los chicos, porque la última vez lo había visto allí. Y le dedicó la sonrisa más amable que fue capaz de forzar. Nami ni se percató, cerró la puerta y despareció.

Unos minutos después se oían gritos en cubierta. * Son como niños * pensó Robin mientras reía.

Aquella tarde Nami divisó una isla. Llegaron dentro de un plazo razonable. Nami mandó a Sanji y a Robin ir a por comida. Robin se hacía una idea del por qué. Tendría que vigilar a Sanji, aunque fuera escurridizo. Eso sí, prefería eso a estar pendiente de que Zoro no se perdiera. * Ese peliverde es capaz de perderse en una habitación cerrada * pensó y rió.

Sanji y Robin comenzaron con su tarea. Caminaron hasta el pueblo, y una vez allí compraron toda la comida necesaria. Era mucho, pero Sanji era fuerte, podría con ello. Sanji parecía algo callado. No estaba adulándola como siempre lo hacía.

- Cocinero-kun, ¿estás bien, te noto algo ausente?

- ¿Ha? Oh, no, mi Robin-chwan, estoy bien, perfectamente, sólo pensativo... no veo muchas jovencitas por aquí... - respondió el rubiales.

- Deberías saber que si Nami me ha enviado contigo es precisamente para evitar que hables con mujeres y tengas problemas. - respondió Robin con autoridad.

- ¡Ey, Robinzeta mía, yo no causo problemas, las trato como princesas, tal y como se merecen! - respondió algo molesto.

- Ya, pero eso puede ocasionarte problemas - Rió para sí, ella.

Continuaron el camino, hacia el centro del pueblo. Cuando encontraron una biblioteca-librería. Robin decidió entrar pero el cocinero no podía con ese gran saco lleno de comida. Le dijo que le esperara fuera. Robin entró a la biblioteca y se dispuso a buscar algún libro interesante. De pronto un anciano la vio.

- ¿Desea usted algo en concreto, señorita ...?

- Llámeme Robin - dijo con una amable sonrisa.

- Señorita Robin... - su mirada pareció “despertar” - ¿Qué tipo de libro está buscando - continuó.

- Busco algún libro interesante... Quizás novela histórica, ¿tiene usted algo así? - respondió la morena.

- No aquí, pero quizás en la trastienda... si aguarda un momento le enseñaré unos cuantos

- dijo el anciano mientras desaparecía tras una cortina que daba a una habitación.

Robin estaba demasiado turbada como para darse cuenta de que algo iba mal. Se paseó por la habitación, acercándose al mostrador, y en una de las paredes, en una zona baja, había carteles de recompensa, uno de ellos con su cara. Reaccionó. Oyó un den den mushi siendo utilizado. Salió corriendo de allí, justo cuando el anciano volvía a la sala central del negocio. Era una trampa, acababa de avisar a los guardias del pueblo. La habían reconocido, maldita sea. Salió de la tienda con la esperanza de que Sanji hubiera permanecido en la entrada, pero no fue así. * Mierda, ¿por qué se me ocurrió dejarle solo 5 minutos? ¡Es peor que Zoro! * pensó. En ese instante, Sanji venía corriendo con un montón de hombres fornidos detrás de él, hacia donde ella se encontraba. * Desde que estuvo en Kamabaka... los gustos de Sanji han cambiado mucho... * pensó y rió ligeramente.

- ¡Sanji, corre, hay que salir de aquí!

- ¡¡¡Robin-Chwaaaannnn!!! ¡¡¡Te prometo que no ha sido con mala intención!!! ¡¡¡Una mujer necesitaba mi ayuda!!!

- ¡No es momento de disculpas, Sanji-kun, sólo corre! - le gritó la morena exhausta.

Corrieron hasta el punto de encuentro, con toda la horda de hombretones y guardias detrás de ellos. Vieron que Nami, Zoro y Franky venían corriendo de igual modo desde la dirección contraria y se imaginaron que estarían en igual situación. Llegaron al barco y zarparon en tiempo récord. ¿Que por qué no les atacaron siendo superiores tanto en técnica como en poder? Porque no estaban buscando problemas, no querían hacer daño a nadie.

Una vez navegando, Nami les pidió explicaciones. Robin dejó cargar las culpas a Sanji, porque si hubiera estado donde tenía que estar, habrían conseguido escapar más fácilmente.

Franky la miró pero ella desvió la mirada. Éste se dio cuenta de que algo tenía que haber pasado. Robin y él siempre se habían llevado muy bien, ya fuera por la cercanía de edad, por la diferencia de personalidades que hacía que se complementaran o porque ambos tenían un pasado doloroso y se apoyaban mutuamente. No era normal que estuviera comportándose así, algo tenía que haber pasado la noche anterior, algo que él no recordaba, pero era evidente que ella sí.
Se acercó a ella y le susurró - Robin, ¿qué te pasa? - a lo cual no obtuvo respuesta, salvo que ella apartó la mirada.
- Oi, Nami, volvemos en un rato – dijo Franky mientras cogía a Robin de la mano, casi a la fuerza y se la llevaba por el pasillo. Los demás seguían en cubierta.
Se la llevó a su habitación-taller, y cerró la puerta. Se apoyó en ésta y se quedó mirando a Robin. Ella se limitaba a estar de pie en medio de la habitación, seria y con la mirada perdida y triste.

- Robin, dime qué pasó ayer, no sé que hice pero tuve que hacer algo fatal para que estés así conmigo - dijo en tono triste mientras se acercaba a ella. Robin permanecía inmóvil y callada. - Por favor, Robin – levantó ligeramente su barbilla para verle la cara, y ella no pudo evitar mirarle a los ojos. Parecía triste.

- No puedes jugar con los sentimientos de los demás, no soy uno de tus inventos – se zafó de la mano de Franky, y salió corriendo de la habitación, encerrándose en la suya.

Abrió uno de sus libros y comenzó a leer. Eso la tranquilizaba, pero no pudo evitar soltar una lagrimilla. ¿Por qué jugaba así con ella? Siempre habían tenido esa “química” especial, siempre había creído que a Franky le gustaba pero ahora no entendía nada. Le había confesado borracho que ella era algo que sólo haría en esas condiciones, la había destrozado. ¿Y ahora venía con sus ojos azules a encandilarla? * Los hombres son unos imbéciles * pensó. Siguió leyendo, tenía que distraerse como fuera.
Mientras tanto Franky no hacía más que darle vueltas a qué pudo haber hecho la noche anterior. ¡No recordaba absolutamente nada! ¡Maldita sea! Se tumbó un rato a pensar. Y se quedó dormido.


La voz de Sanji indicando que la cena ya estaba preparada lo despertó de su letargo. Para su sorpresa, ¡lo recordaba todo! Tuvo una especie de revelación, durante una fase del sueño en la que recordaba lo que había pasado, algo distorsionado, pero era suficiente. ¡Ya sabía en que punto la había cagado con Robin! Aunque aún no entendía por qué, tenía que hablar con ella.

Robin no quería encontrarse con Franky a solas, así que salió corriendo hacia la cocina en cuanto oyó la voz de Sanji. Se encontró a Nami tirada en la tumbona durmiendo, y la despertó. Esta la siguió en dirección al comedor.

- ¿Qué hablabais, Franky y tu, antes? - le dijo la pelirroja, curiosa.

- Nada importante - dijo con su amable y cerrada sonrisa, aún forzada.

- Me muero de hambre, ¿vamos? - y las dos se dirigieron hacia el bullicioso comedor.


La cena fue de lo más normal... para ser el Sunny Go. Zoro y Sanji se peleaban. Brook “comía”. Y Robin, aún estando un poco triste, acabó sonriendo al ver las tonterías que hacían Luffy y Usopp. Franky entró en el comedor el último y se sentó junto a Chopper, con el cual mantuvo una conversación estándar mientras miraba a Robin. Ella evitaba cruzar la mirada con él, pero esperaba que nadie se diera cuenta. Y así parecía.
De repente Nami empezó a reírse a carcajadas de la cara de Law. Law tenía una cara de preocupación y temor absoluto. * Ya sé que el capitán es muy excéntrico... ¿pero tanto le está afectando a este pobre chico? * pensó ella.

Al acabar la cena, salió disparada como una flecha hacia el acuario y se sentó a leer. Temía que Franky viniera a buscarla, pero no fue así. En el fondo éso le decepcionó un poco.
Lo único que se oía en el barco eran las voces de algunos de los chicos en el camarote masculino. 

Horas después, Robin fue a buscar a Franky, ¡no aguantaba más! Primero le importa, luego no, luego sí, luego no, ¿¡qué demonios le pasa a éste hombre!? Justo cuando estaba apunto de llamar a su puerta, se detuvo. * Mejor no, Robin, es tarde, nada bueno ocurre después de las 2 de la mañana * pensó para sí. Se dio la vuelta, y justo cuando estaba a punto de dar el primer paso, la puerta que ya quedaba a sus espaldas se abrió.

- ¡Robin! - Robin podía notar su mirada clavándose en su nuca - ven aquí, tenemos que hablar – La cogió del brazo y la metió en su habitación antes de que pudiera decir nada.

- No puedes retener a la gente contra su voluntad, es secuestro, un delito – dijo ella mirando hacia otro lado.

- No se si te has dado cuenta, pero soy pirata - eso la hizo reír un poco, pero inmediatamente recuperó su expresión seria - Robin, dime por qué te fuiste así. Sí, ya me he acordado, pero no lo entiendo - se acercó a ella y la cogió de la mano.

- Dijistes que soy aquello que sólo harías borracho – murmuró.

- ¿¿¿¿¿¡¡¡Quéeeee!!!????? ¿¡Cuándo he dicho yo eso!? - Franky no entendía nada.

- Sabes muy bien cuándo fue... ¡pensé que te gustaba! ¡pensé que teníamos algo especial...! Ya somos adultos, ¡yo pensaba en algo serio! Cuando encontremos el One Piece y Luffy sea el Rey de los Piratas, no quiero seguir huyendo, quiero una vida tranquila, quiero formar esa familia que me arrebataron, quiero dar a un niño lo que yo no pude disfrutar. - Robin casi gritaba a estas alturas. * No me puedo creer que acabe de decir eso *.

* Dios mío... * pensaba Franky, mientras exteriormente su cara era de desconcierto total – ¡Robin lo has malinterpretado! - Con éstas palabras Robin sintió una punzada en el corazón, al parecer Franky sólo estaba jugando. Intentó irse pero él la retuvo entre sus brazos. Ella forcejeaba, creó unas manos que la ayudaron a soltarse. Llegó a la puerta, cuando estaba a punto de salir, Franky la habló...

- ¡Robin, estás equivocada! ¡Déjame explicarte! - le espetó Franky con mirada triste.

- Sí, llevó mucho tiempo equivocada. - Respondió sin ni siquiera girarse a mirarlo, salió y cerró la puerta tras de sí.
Fue a su cuarto y se acostó, se quedó dormida con lágrimas en los ojos.

CONTINUARÁ...
Hola a todos, como sabéis soy una gran fan del yaoi, aunque también del yuri... bueno, que soy una pervertida xD
El caso, es que he decidido hacer un fanfic sobre mis 3 parejas favoritas de One Piece Law X Luffy, Franky X Robin y Zoro X Sanji.
Este fanfic constará de 3 capítulos (en principio) muy largos, es por eso, que tengo que cortar cada uno a la mitad... -.-'
Así que la estructura será cap 1 parte 1, cap 1 parte 2, cap 2 parte 1, etc...
Espero que os guste x3
© 2013 - 2024 Moskita
Comments14
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JoZeLyNe's avatar
Robin es idiota! T-T *nunca crei decir eso* todo lo malinterpreta pobre Franky!! T-T amo tu fic jajajaaj sigue si :D